Aunque la patata en nuestro continente se empezó a cultivar hace apenas unos siglos, actualmente es uno de los alimentos que más se consume en nuestro país y en todo el mundo.
Se conoce con el nombre común de Patata, Patatas, Papa, Papas, pero su nombre científico o latino es Solanum tuberosum subsp. tuberosum. Pertenece a la familia botánica de las Solanáceas junto al tomate, el pimiento y la berenjena.
El cultivo de la patata se originó en la cordillera andina, donde esta planta evolucionó y se cruzó con otras plantas silvestres del mismo género, presentando una gran variabilidad. Su cultivo llegó a Europa en el siglo XVI, especialmente a través de España hacia 1570, desde donde se expandió por todo el continente.
Realmente el desarrollo de su cultivo comenzó en el siglo XVIII, cuando transcurridos 200 años, progresivamente, fue adquiriendo cierta importancia. Aunque su mayor producción está en china.
Se trata de una planta de clima templado-frío, siendo las temperaturas más favorables para su cultivo las que se encuentran en torno a 13 y 18ºC. Si la temperatura es excesivamente fría los tubérculos quedarán pequeños y poco desarrollados. Por otro lado, si la temperatura es demasiado elevada afecta a la formación de los tubérculos y favorece el desarrollo de plagas y enfermedades.
Actualmente podemos encontrar patatas en cualquier época del año, pero lo haremos especialmente en agosto, septiembre y octubre.
Como hemos dicho anteriormente los criterios de calidad de la patata van a depender de la variedad a la que hagamos referencia, aunque en términos generales podemos decir que las patatas de buena calidad son aquellas que, independientemente de sus rasgos característicos de la variedad, no han germinado, no presentan daños físicos y son tiernas.
La conservación de las patatas es una de las fases más importantes para obtener productos de calidad. Una correcta conservación limita las pérdidas de peso, impide la brotación y desarrollo de enfermedades y mantiene la calidad de los tubérculos. Para ellos las patatas deben estar almacenadas en locales isotérmicos provistos de ventilación para controlar la temperatura, humedad y contenido en dióxido de carbono.
La patata es una hortaliza con una fuente de energía relativamente importante, que supone aproximadamente unas 79 calorías (kcal/100g), valor muy superior al aporte energético de muchas otras hortalizas. Tiene unos valores nutricionales muy importantes, destacando su contenido en proteínas e hidratos de carbono y no tanto en grasas. Su contenido en agua ronda el 79% del peso total. La grasa supone un 0,1%, las proteínas un 2,1% y los hidratos de carbono destacan por suponer un 16,5% del peso total. Veamos a continuación las propiedades y beneficios para la salud de la patata:
Minerales: de su contenido mineral destacaremos el potasio por ser el que se encuentra en mayor proporción. Pero además podemos citar otros minerales que se encuentran en cantidades muy importantes, casi tanto como el potasio, y que son vitales para el correcto funcionamiento del organismo: hierro, magnesio, fósforo y cinc, y en menor cantidad calcio.
Vitaminas: en cuanto al aporte de vitaminas, vamos a encontrarnos cantidades significativas de todas, excepto de vitamina B12, que sólo se encuentra en los alimentos de origen animal y vitamina A. Destacamos la vitamina C que es la que se encuentra en mayor proporción seguida de la vitamina B6, aunque también encontramos cantidades importantes de vitaminas B1, B2, niacina, folatos y vitamina E en mucha menor proporción.
La patata no es un alimento que tenga larga tradición de alimento o planta medicinal, aunque se utilice casi a diario en nuestra alimentación de innumerables formas. Por ello vamos a descubrirles alguna de las propiedades saludables que se le atribuyen, como son:
Una buena parte de las vitaminas y minerales de las patatas se encuentran justo debajo de la piel, de ahí la importancia de pelar estos tubérculos con especial cuidado o de cocerlos con piel y retirársela posteriormente a la cocción cuando apenas se desecha patata.
Las patatas son un ingrediente muy usado en la cocina. Las utilizamos tanto para una guarnición de patatas con costillas, como para platos más elaborados como pueden ser patatas al horno, patatas con remolacha, patatas revolconas, patatas bravas o patatas a la riojana. A continuación te dejamos algunas de nuestras recetas favoritas:
Esta receta de patatas es una manera original de preparar el tubérculo. Además de la patata lleva, huevo, jamón serrano y un bote de champiñones Bonduelle. Para darle el toque sabroso vamos a añadirle queso parmesano para gratinar. Puedes servirlas como plato principal.
Una receta casera y tradicional de patatas. Lleva verduras que son una fuente de fibra, además de la patata que aporta hidratos. Es una receta fácil de preparar, perfecta para entrar en calor.
Preparar las patatas rellenas es una de las recetas más comunes, además no tiene ninguna dificultad. Lo bueno de esta receta es que puedes rellenarlas con los ingredientes que quieras. La que nosotros te recomendado es con verduras y jamón serrano. ¡Deliciosa!
Imposible no acordarnos de la tortilla de patata cuando hablamos de platos con este tubérculo. Es una receta tradicional de nuestra gastronomía muy fácil de hacer. Solo necesitas patatas, huevos, aceite de oliva virgen extra, sal y muchas ganas de comer, ¡que aproveche!