¿Quién puede resistirse a un buen plato de lasaña? Lasaña de verduras o lasaña de carne y queso, hay una receta de lasaña para todos los gustos. Aquí están los secretos para que este gran clásico de la cocina italiana tenga un éxito perfecto.
No es un secreto: todo empieza con unas buenas láminas de lasaña.
Algunas láminas de lasaña están precocidas, se han desarrollado para cocer directamente en el horno con la salsa y otros ingredientes del plato. Esto facilita su preparación y simplifica el proceso de cocción. Otras masas de lasaña deben cocerse previamente en una olla grande de agua hirviendo con sal y luego escurrirse en un paño. Hay hojas de lasaña integrales, pero también harina de maíz y otras harinas sin gluten.
Otra buena idea para conseguir una lasaña deliciosa es precalentar el horno nada más empezar a prepararla.
En cuanto al relleno, la más popular es la lasaña boloñesa, que se hace con carne picada. Se puede utilizar carne picada de cerdo, de chorizo o de ternera, o incluso una mezcla de diferentes carnes. Una vez dorada la carne en aceite de oliva con el ajo, el apio, las zanahorias y las cebollas, se cuece a fuego lento en la salsa de tomate, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue el fondo de la cazuela. Para reducir la cantidad de carne, mezcla lentejas cocidas (lentejas marrones o verdes, no importa) y la carne picada de tu elección (ternera u otra), y prepara tu salsa como de costumbre. Para una preparación exprés y vegetariana, elige lentejas ya cocidas (caseras o en lata) para añadir verduras de temporada (zanahoria, apio, calabaza...) en trozos pequeños, un diente de ajo, hierbas y salsa de tomate.
Otros ingredientes a utilizar sin necesidad de moderación son las verduras en todas sus formas. Hay diversas opciones con verduras como la lasaña de queso de cabra-espinacas y ricotta, lasaña de boniato-maíz y calabaza, puedes variar las recetas de lasaña según la temporada.
Por otra parte la salsa que es fundamental dominar para conseguir preparar una lasaña perfecta, es la bechamel, elaborada con leche (de vaca o vegetal), harina de trigo y mantequilla o aceite. Basta con preparar en una cacerola (una mezcla de grasa y harina), dorarlo durante uno o dos minutos y añadir un chorrito de leche. A continuación, cocina a fuego lento sin dejar de batir hasta que la mezcla espese, y sazona con sal, pimienta, nuez moscada... Para obtener más cremosidad, también puedes añadir un toque de nata (de leche de vaca o vegetal). Ten cuidado al remover constantemente durante la cocción: la mezcla se quema fácilmente y puede ser difícil limpiar la sartén después.
Como toque final, la mozzarella u otros quesos italianos (provolone, parmesano, pecorino...) son siempre bienvenidos para añadir aún más exquisitez a sus recetas.
Recomendamos vigilar el plato de pasta cuando esté en el horno, ya que tarda mucho en cocinarse. Su cocción a fuego lento dará mayor sabor.
Si te sobra algo, congelar porciones de tus platos de pasta es una buena manera de tener a mano platos caseros. ¡Así que ponte a trabajar en tus recetas de lasaña!