El crumble de verduras es una de las recetas más populares entre los niños: ¡no hay nada como un buen gratinado para abrir el apetito! Hay que decir que las recetas de crumble de verduras se prestan a muchas variaciones.
En verano, todas las verduras “del sol” (berenjenas, tomates, calabacines, pimientos, condimentados con ajo y cebolla) son bienvenidas. Fuera de temporada, estas verduras mediterráneas, puedes encontrarlas disponibles en formato congelado o en lata. De esta manera puedes preparar un plato equilibrado con pocos ingredientes. Puedes mezclarlos (berenjenas y pimientos, calabacines y tomates) o imaginar deliciosas recetas para cada uno: calabacines, ajo y feta, o tomates, cebollas y mozzarella, siempre que elijas tomates rojos y maduros.
En invierno, la calabaza y el boniato son especialmente deliciosos en forma de migas. Puedes hacer un puré con estas verduras, añadir un poco de nata (puede usarse tanto de vaca como vegetal) y luego cubrirlas con la mezcla de crumble. También puedes sustituir parte de la harina por polvo de almendras o avellanas, o añadir unos cuantos piñones para dar a la masa un poco más de textura crujiente. Del mismo modo, un poco menos de mantequilla y dos cucharadas de aceite de oliva te permitirán variar los sabores de esta fácil receta. Estos crumbles de verduras son un acompañamiento ideal para una barbacoa o un asado, y aún mejor con una ensalada.
Estas recetas se pueden preparar con antelación. Sólo hay que meterlo en el horno y dejar que se dore justo antes de comerlo. Se puede comer tanto frío como caliente. Recuerda no añadir demasiada sal a la mezcla de crumble, ya que el parmesano ya contiene una buena cantidad de sal. Para obtener más sabor, puedes frotar un diente de ajo en la fuente de gratinado.
La mejor receta de crumble es la que domina todos los pasos... y por su puesto, la que te gusta