La alcachofa es una planta perenne que puede permanecer en el mismo sitio dos o tres años, considerada como bianual o trienal. El 90% de la producción mundial tiene lugar en la cuenca mediterránea, especialmente en Italia, Francia y España, donde se produce el 80%.
La alcachofa es una planta de la que se consume la flor. Se conoce con el nombre común de Alcachofa, Alcachofas, Alcaucil, Alconcil, Cardo de comer, pero su nombre científico o latino es Cynara scolymus. Pertenece a la familia de las Compuestas al igual que el cardo, la endibia, y la achicoria.
Se tienen noticias de esta planta desde la Antigüedad, aunque se cree que las informaciones sobre la misma están referidas al cardo silvestre (Cynara cardunculus L.). Se trata de una planta originaria del Norte de África y Sur de Europa. Durante la época romana se hablaba de ella como planta cultivada, y a lo largo de los siglos se van cultivando las variedades locales. En Al-Andalus se cultivaba la alcachofa a partir de semilla el primer año, propagándola vegetativamente en años sucesivos.
Para utilizar las alcachofas es preciso cortarlas. Lo haremos siguiendo los pasos:
El clima es un factor fundamental en el correcto desarrollo de la alcachofa. Es una hortaliza de invierno (de temporada fría) y crece en su mayor esplendor a temperaturas diurnas de 24ºC y nocturnas de 13º C (El tiempo frío daña fácilmente a la alcachofa, a temperaturas cercanas o por debajo del punto de congelación (0º C)).
Los climas cálidos y secos provocan que las hojas del fruto (brácteas) tiendan a abrirse rápidamente disminuyendo bruscamente la ternura de la parte comestible y la consistencia del fruto. En este caso, las alcachofas tienen un sabor amargo y aparentemente son poco atractivas.
Para escoger correctamente una buena alcachofa, hemos de tener en cuenta que el mejor ejemplar es aquel que tiene la yema compacta y bien formada, de un color verde típico, un corte de tallo liso y uniforme. Las yemas de alcachofa deben parecer pesadas en relación a su tamaño y el tallo debe estar cortado a 2,5 - 3,8 cm de la base.
Las alcachofas se pueden llegar a conservar en refrigeración, recubiertas de plástico agujereado, hasta 21 días, aunque siempre es preferible consumirlas antes. Después de los 21 días la calidad sensorial y visual se deteriorarán considerablemente.
Del grupo de las verduras y hortalizas, la alcachofa es una de las que menor contenido en agua tiene, suponiendo esto un 87,9% de su peso. La grasa apenas llega al 0,1% de su peso, por lo que la cantidad restante debe estar formada a base de fibra, hidratos de carbono, proteínas y otras sustancias. Contiene una cantidad considerable de proteínas (2,27%), hidratos de carbono (7,11%) y fibra (2 %), siendo apreciable en contenido de otras sustancias responsables de los efectos beneficiosos de la alcachofa.
Minerales: El mineral que se encuentra en mayor proporción en las alcachofas es el potasio, pero es preciso destacar la presencia de otros minerales en cantidades importantes como el magnesio, fósforo y calcio.
Vitaminas: El contenido en vitaminas no es destacable con respecto a otras hortalizas, aunque sí contiene cantidades importantes de vitamina B1, B3 y vitamina E, éstas dos últimas en menor proporción.
Teniendo en cuenta su composición nutritiva podemos extraer cierta relación de las alcachofas con la salud.
La alcachofa en ningún caso es tóxica, eso sí, no es aconsejable su utilización excesiva en lactantes ya que parece ser que disminuye la producción de leche.
Como remedio casero se utiliza el jugo de las hojas frescas de la alcachofera. Éste se mezcla con agua azucarada o vino para enmascarar el intenso sabor amargo. De esta forma se utiliza popularmente en los individuos diabéticos para intentar estabilizar los niveles de insulina así como en patologías hepáticas...