Hay tantas recetas de pesto como familias italianas: ¡a cada cual la suya!
La palabra "pesto" viene del italiano "pestare", que significa "aplastar". El "pesto genovés" es una especialidad de la ciudad de Génova en Italia. Se elabora con ajo, piñones, hojas de albahaca, parmesano, pecorino romano (un queso duro de oveja) y aceite de oliva. Tradicionalmente, este pesto se prepara en un mortero y se utiliza para condimentar platos de pasta larga (como los linguine, los spaghetti o las trenette). La pasta al pesto es una de las recetas de pasta más populares en Italia, ya que gusta tanto a los amantes de la cocina como a los niños. Incluso se puede servir con algunas verduras verdes como judías verdes o espinacas doradas en la sartén. Si dispone de tiempo suficiente, se puede preparar esta sencilla receta en mayor cantidad para congelarse y poder comer en otro momento.
Esta receta tradicional admite múltiples variaciones, como el pesto de espinacas. Los piñones pueden sustituirse por almendras, avellanas, anacardos, piñones de cedro o pistachos.
Atención: si se utilizan almendras u otros frutos secos salados, también se puede optar por eliminar los piñones y añadir un poco más de queso para equilibrar el sabor de la receta.
Otras posibles variaciones: la más sencilla es sustituir la albahaca por hojas de ajo silvestre, canónigos o cualquier otra ensalada, incluso rúcula. Tambien, se puede optar por un pesto de rúcula, elaborado 100% con esta ensalada italiana, que se prepara con parmesano y piñones.
El pesto es rápido y fácil de elaborar, y tan sabroso con pasta como con carne para la salsa, ya que aporta un sabor sofisticado para dar un toque a tus filetes. Con el pesto se puede preparar mucho más que un plato de pasta. Hay numerosas y buenas ideas para utilizarlo en muchos platos: en una vinagreta, en una sopa de verduras, en una mayonesa, en una salsa de tomate..., siempre hay formas de integrarlo en una receta. Para los amantes de las quiches y los pasteles salados, una capa de pesto sobre la masa quebrada o el hojaldre le da un agradable y delicioso sabor: según la temporada, pruebe con calabacín y pesto o remolacha en rodajas finas con pesto.
Por último, si te sobra algo de pesto, ponlo en un tarro o en un bol limpio y añade un poco más de aceite de oliva. Ciérralo hermeticamente y guárdalo en la nevera durante 3 o 4 días. De esta forma, te servirá para añadir pesto en algunas de tus comidas semanales.