Pertenece a una familia de plantas propias de zonas costeras o de terrenos salinos templados. La acelga es una planta bianual y de ciclo largo que no forma raíz o fruto comestible, siendo la hoja la parte comestible.
La acelga es una hortaliza de hoja verde. Se conoce con el nombre de acelga, acelgas, pero su nombre científico o latino es Beta vulgaris o cicla. Pertenece a la familia de las Quenopodiáceas.
El nombre de Beta se refiere a los pigmentos que contiene: La betacianina y la betaxantina.
La acelga es una de las hortalizas de hojas verdes más antigua, ya era conocida por los griegos desde hace siglos.
Los primeros informes que se tienen de esta hortaliza la ubican en la región del Mediterráneo y en las Islas Canarias (Vavilov, 1951). Aristóteles hace mención de la acelga en el siglo IV A.C. La introducción a los Estados Unidos fue en el año de 1806.
Como hemos dicho anteriormente, si se someten las acelgas a un proceso de cocción, el ácido oxálico deja de ser perjudicial. Pero no debemos olvidar que los tratamientos térmicos, son factores determinantes en la menor concentración vitamínica de los alimentos, especialmente de las vitaminas hidrosolubles, como es la vitamina C.
La acelga es una planta de clima templado, que se desarrolla bien con temperaturas medias; le perjudica bastante los cambios bruscos de temperatura. Se hiela cuando las temperaturas son menores de 5º C bajo cero y detiene su desarrollo cuando las temperaturas bajan de 5º C por encima de cero. En el desarrollo vegetativo las temperaturas están comprendidas entre 6º C y 27º a 33º C, encontrándose su medio óptimo de desarrollo entre 15º y 25º C.
No necesita luz en exceso. Tal es así que puede llegar a perjudicarle si el exceso de luz va acompañado del aumento de la temperatura. La humedad relativa para su desarrollo está comprendida entre el 60 y 90% en cultivos en invernadero. En algunas regiones tropicales y subtropicales se desarrolla bien, siempre y cuando esté en zonas altas y puede comportarse como perenne debido a la ausencia de invierno marcado en estas regiones.
Por lo tanto, podemos decir que la mejor época para su consumo es desde otoño a primavera, teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente.
A la hora de elegir una buena acelga, podemos decir que los mejores ejemplares son los que tienen las hojas brillantes, tersas y de un color verde uniforme. Además es preferible que las pencas sean duras y de color blanco.
Cuando hablamos de una acelga fresca es conveniente consumirla lo antes posible, teniendo en cuenta que a medida que pasa el tiempo va perdiendo propiedades nutritivas. En el frigorífico puede durar unos 4 días. Podemos adquirirlas congeladas o congelarlas en casa, en este caso debemos realizar un escaldado durante 2 ó 3 minutos antes de congelarlas.
Las acelgas como otras verduras tienen propiedades nutritivas que tienen beneficios para nuestro organismo. Incluirlas en la cocina es un acierto para cuidar nuestra salud.
Como ocurre con el resto de hortalizas, las acelgas son verduras que destacan por su elevado contenido en agua y por tener en su composición cantidades poco significativas de hidratos de carbono, proteínas y grasas. Por ello resulta una verdura poco energética. La acelga, según la clasificación funcional de los alimentos se encontraría en el grupo de los alimentos reguladores, ya que tiene un contenido importante en vitaminas y minerales. En este sentido, sus hojas más externas son más ricas en vitaminas.
Minerales: La acelga destaca por su mayor contenido en magnesio, sodio, yodo, hierro y calcio, siendo el potasio el mineral que se encuentra en concentraciones más elevadas. El potasio es un mineral necesario para la generación y transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular normal. Interviene también en el equilibrio hídrico en el organismo.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, sistema nervioso y motor, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El yodo, por su parte, es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de las glándulas tiroideas, que producen las hormonas tiroideas.
Vitaminas: En cuanto al contenido en vitaminas, destaca su elevado aporte de vitamina A y ácido fólico. Como hemos dicho anteriormente, las vitaminas de las acelgas se encuentran en mayor proporción en las hojas externas de la planta. También contiene vitaminas C, E y K.
Pero además de todo ello, las acelgas contienen una cantidad destacable de ácido oxálico, sustancia antinutritiva, que interfiere en la absorción de ciertos nutrientes como el calcio. En este sentido es importante saber que el ácido oxálico deja de ejercer un efecto negativo cuando se somete a elevadas temperaturas como ocurre durante la cocción.
Teniendo en cuenta su composición nutritiva, el papel de las acelgas con la salud está en función de cómo la incluyamos en una dieta equilibrada. Así, la acelga puede ser útil en diferentes circunstancias:
Comer acelgas en exceso si no se digieren bien, pueden crear problemas de estómago y provocar gases. Puede dar dolores de vientre.
Las acelgas son una hortaliza con la que podemos preparar diferentes recetas, desde ensaladas hasta salteados con otras verduras o cremas de verduras. Como hemos dicho aportan muchos beneficios a nuestro organismo. Aquí te dejamos algunas recetas para que puedas incluirlas en tu dieta:
Este plato es una receta muy fácil de hacer. Solo hay que cocinar las patatas junto a las acelgas. Puedes añadirlas a esta receta de patatas guisadas.
Esta receta se puede preparar con acelgas o espinacas. Un plato de cuchara con garbanzos que aporta fibra y proteínas.
Disfruta de unas acelgas salteadas. Añade langostinos, un poco de ajo y cebolla entre otros ingredientes.
Una especie de lasaña hecha con acelgas y dátiles. Usa la parte de la penca para cocinar este plato.