El guisante es un alimento muy apreciado especialmente por los niños. Su difusión y uso alcanza niveles mundiales. Sus principales cualidades beneficiosas para la salud se centran a nivel cardiovascular.
Se conoce con el nombre común de Guisantes verdes, Guisante, Arveja, Arvejas, Chícharo, Chícharos, pero su nombre científico o latino es Pisum sativum. Pertenece a la familia de las Leguminosas, entre las que también se encuentran las habas y las judías verdes.
El hombre ha cultivado el guisante desde muy antiguo, habiéndose encontrado restos carbonizados de semillas en asentamientos neolíticos (7.000 a.C). Su uso en Europa es relativamente reciente, habiendo sido introducido desde Palestina o Egipto en las zonas orientales europeas del mediterráneo, área que es considerada como su principal centro de diversificación. No obstante, es muy antiguo su uso en los pueblos de la India, de donde fueron introducidos en China. Hasta el siglo XVI el guisante se utilizó como grano seco y como forraje, y a partir de entonces comenzó a usarse el grano fresco.
Las variedades de guisantes dependen de la forma y color de la semilla, y del tamaño y precocidad de la planta:
Encontraremos guisantes en cualquier época del año. Teniendo en cuenta además que uno de los productos que más fácilmente se comercializan es el guisante congelado.
El guisante es un cultivo de clima templado y algo húmedo. La planta se hiela con temperaturas por debajo de 3 ó 4ºC bajo cero, y detiene su crecimiento cuando las temperaturas son menores de 5 ó 7ºC. Su crecimiento es óptimo a temperaturas comprendidas entre 16 y 20ºC, estando el mínimo entre 6 y 10ºC y el máximo en más de 35ºC.
Para adquirir guisantes de calidad éstos deben tener las siguientes características: los granos deben de ser frescos, bien formados, sanos, es decir, exentos de daños causados por insectos y/o enfermedades, y correctamente desarrollados.
Los guisantes frescos se conservarán en el frigorífico a temperaturas aproximadas de 3ºC, durante unos pocos días. En cambio los guisantes congelados pueden almacenase semanas sin que sufran modificaciones en su composición nutritiva y calidad sensorial.
El guisante es una legumbre con un contenido en agua relativamente bajo en comparación con otras hortalizas (79%). Su contenido en hidratos de carbono es muy considerable (13,1%), siendo muy destacable su contenido en fibra (5,1%). Contiene una cantidad importante de proteínas 5,9% y cantidades casi inapreciables de grasa (0,5%).
Minerales: su contenido mineral es de destacar, pudiendo llegar a suponer el 0,9% de su peso total. Destacaremos el hierro, el fósforo y el potasio por ser los minerales que se encuentran en mayor proporción. Pero además podemos citar otros minerales que se encuentran en cantidades muy importantes, casi tanto como los anteriores: magnesio, cinc y calcio. Pero además de contener cantidades importantes de dichos minerales, apenas contiene sodio, lo que hace que sus cualidades sean aún más destacables.
Vitaminas: en cuanto al aporte de vitaminas, los guisantes son una de las hortalizas con mayor contenido en vitamina C, siempre y cuando se consume fresco. Por otra parte destaca la gran cantidad de ácido fólico que pueden llegar a contener. Y además de las anteriores contienen vitaminas B1, B2, niacina, B6, y vitamina A y E.
El guisante es una hortaliza con un valor energético considerable, que puede llegar a aportar hasta 81 kcal/100g. Es una de las legumbres más recomendabas junto a las lentejas.
Los guisantes forman parte de nuestra alimentación desde hace siglos, pero no precisamente por su acción medicinal, sino por su valor nutritivo, como alimento de aporte energético considerable. Aun así podemos destacar algunos efectos beneficiosos sobre la salud de los guisantes.
Las proteínas de origen vegetal tienen un valor biológico menor que las de origen animal. Las proteínas presentes en las leguminosas son deficientes en ciertos aminoácidos. Pero si consumimos a la vez leguminosas y cereales conseguimos compensar esta deficiencia de aminoácidos. Por lo tanto tomando cereales y leguminosas en el mismo plato conseguiremos un aporte proteico muy importante y de calidad, con un aporte escaso de grasas saturadas y sodio y una cantidad importante de fibra y potasio.
Añadir legumbres en nuestra alimentación es una manera de cuidar nuestra salud. Por eso hemos seleccionado algunas recetas para añadir los guisantes en la dieta:
Esta receta es una de las más comunes, no falta en casi ningún menú, porque además de ser una receta sana, es muy fácil y rápida de preparar. Solo necesitamos algunos ingredientes como, un poco de aceite oliva, los guisantes al natural y un poco de ajo. En unos minutos estará lista la receta.
Añadir los guisantes a una tortilla francesa es una idea para que los niños coman de manera más saludable.